“Un viaje de 1000 millas empieza con un solo paso.” (Lao Tzu)
Y aquí comienza nuestro diario Vivir en el extranjero, con una cita muy popular que contiene la verdadera esencia de una vida emocionante como es la de vivir en el extranjero.
Nuestra primera entrevistada es Thais, una estudiante francesa de 21 años que vivió en Madrid, compartiendo uno de los apartamentos de helpHousing con otros jóvenes internacionales.
Vivían en un precioso piso en el centro de Madrid, a pocos pasos de la popular Puerta del Sol. Se despertaba cada mañana con estas increíbles vistas a las famosas callejuelas de la ciudad (¡Y con el delicioso olor a chocolate caliente de la chocolatería San Ginés, justo enfrente del edificio!)
Le pedimos a Thais que compartiera su inolvidable experiencia y que nos contara cómo fue para ella estudiar en Madrid, ¡No te pierdas su entrevista!
¡Hola! ¡Gracias por participar en este proyecto!
Estaba muy estresada antes de venir a Madrid. Tuve algunos problemas personales (miedo a vivir en el extranjero, problemas médicos, miedo a volar…y a venir sola).
Lloré mucho cuando salí de Francia, pero sabía que sería una buena experiencia. Y en realidad, no me había dado cuenta del impacto que esto supondría en mi vida.
Esperaba tener una buena experiencia, conocer gente y descubrir una nueva ciudad y una nueva cultura.
La llegada a Madrid fue difícil para mí, hacía mucho calor, estaba sola con las maletas y muy cansada.
Sí, era la primera vez que compartía piso con otros jóvenes internacionales, por lo que todo era completamente nuevo para mi. Esta experiencia fue fantástica, compartí muchos momentos con mis compañeros de piso y fuimos como una gran familia. Nos apoyábamos mutuamente. Cuando alguno estaba un poco deprimido, todos tratábamos de ayudarlo. Solíamos salir y divertirnos mucho. Era realmente un hogar para mi, incluso cuando regresaba a Francia, no me sentía completamente en casa.
Todos los jueves teníamos una cena internacional en casa. En mi piso, éramos de diferentes nacionalidades (italianos, portugueses, belgas, brasileños y franceses), y todos teníamos que cocinar al menos 2 veces nuestros platos tradicionales. Y cuando viajábamos traíamos todos comida típica de nuestro país.
Me siento completamente diferente. Esta experiencia ha supuesto un cambio radical en mi vida. Me ayudó a crecer como persona y ahora sé que soy capaz de vivir sola en el extranjero. Me costó bastante encontrar mi camino porque esta experiencia ha sido muy importante para mi. Mis compañeros de piso fueron personas que me ayudaron durante mi estancia en Madrid y aunque ahora estemos lejos, sé que están ahí para ayudarme en todo.
No puedo elegir porque son incontables, pero probablemente cada vez que íbamos a una discoteca todos juntos, ¡nos divertíamos mucho!. Y a la mañana siguiente nos juntábamos todos en la cocina recordando momentos divertidos de la noche anterior. También me encantaba cuando nos juntábamos para ver películas en el comedor y comíamos todo tipo de comida (¡nada de dieta!). Cada vez que lloraba o me emocionaba, ellos siempre estaban ahí para apoyarme en todo, e incluso los malos momentos se convirtieron en buenos.
Recuerdo todas las veces que cenábamos juntos y terminábamos hablando de cultura, de los programas de televisión, la vida amorosa, asuntos familiares...mientras bebíamos algo típico de nuestros países y teminábamos haciendo yoga a las 3 de la mañana.
Se suponía que íbamos a pasar una noche “tranquila” ya que al siguiente día teníamos que ir a trabajar o a la universidad, pero apenas dormimos. Aún así, fueron momentos inolvidables, y que volvería a repetir una y otra vez.
¡Por supuesto!